Tras el espectacular concierto del sábado, gracias por venir!!! Improvisamos el plan la misma mañana tras quedar tardecillo, la cosa quedó así. Visitar la cueva de los órganos y subir la maroma (2065 metros y 8 kilometrillos de subida) aprovechando la luna llena.
De la cueva hay poco que reseñar, sólo que tenemos que volver con el equipo de espeleo para bajar un pozo bastante apañao que vimos. Y que el gps de los reyes funciona genial.
De la Maroma... pues la experiencia del fin de semana, sin duda. Comenzamos con una temperatura perfecta desde el Robledal. Como siempre en estos pateos, iniciamos la marcha haciendo ruido, las bromas tapaban los crujidos de las botas sobre las piedras y así nos comimos los primeros kms. Después, como es normal, encontramos nuestros ritmos y momentos bajo la luz de una impresionante luna llena. Cuando la cosa se puso apretá, tras la cena y hacia las 2 y pico de la mañana decidimos mantener el grupo juntito para tirar de una Nuria, que demostró que no hace falta que la cuide nadie, ya que maldiciendo cada piedra y metro de ascenso, a mi me dejó con la boca abierta con su fuerza y dominio de sí misma.
La llegada a la cumbre, fue grabada en el disco duro mental, en una última explanada inmensa ya relajada de pendiente, una potente luna creaba sombras que parecían transportarnos, precísamente a ella misma.
Encontrar un vivac libre, terminar su construcción y echarnos a dormir fue el premio perfecto a un esfuerzo compartido desde el coche, hasta el saco de dormir. Gran grupo.
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